¿Dónde te has ido
delicada y sutil
transparencia?
Ya no vibras
en mi balcón,
y hay en mí
no sé que extraño color
que te recuerda.
Eres la hoja
despintada de otoño,
que no volverá
a ser árbol.
Y yo cada día muero
mariposa de alas rotas,
vencida por el ocaso.
Ya no pueden capturarte
mis anhelos.
Te has ido secando en mí
como hojarasca,
marchitándose tu vuelo
en mi alma.
Si pudiera hallarte
consagrada a mis afanes,
sabría que es mentira
todo mal, toda lágrima;
y renacería el azul
de las palabras.
Ingrid Zetterberg
De mi poemario \"Todo es música\"
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