No creo que de la noche a la mañana hayas olvidado los besos que te di, esos besos imborrables que no se quitan ni con lava ardiente.
No creo que de la noche a la mañana hayas olvidado los poemas que te dediqué, ni las canciones que te pedí escuchar, ni los libros que leias cuando nuestras almas estaban juntas, el tiempo nos era relativamente rápido.
No creo que un amor tan profundo y tan sincero se acabe en la nada, y que sólo quede un adiós, un adiós tan irreal.
No creo que las marcas que yo hice en tu cuerpo, alma y corazón se hayan borrado así como así mujer!
Sólo cuando se acabe el mundo, sólo cuando yo no esté y tú tampoco, sólo en ese momento se acabará un amor que fue tan intenso.
Pero cuando nuestras almas vuelvan a su encuentro, volverán las caricias, los besos y las noches que pasamos y que de algún modo hicieron que nunca desaparecieras de mí y yo de ti.