El viejo capitán está dormido
y sueña, en esta tarde, con sirenas,
con olas y con mares muy revueltos
y noches persiguiendo a las estrellas,
los ojos soñolientos se han cerrado
y acusan un poquito de tristeza,
quizás por el cansancio de los días
pescando y tripulando su trainera,
el pulso del besugo, intermitente,
el pancho y la lubina tan inquieta,
y puede que elevando el aparejo
un bello salmonete apareciera,
también esa merluza, con el congrio,
sacados de las playas y las nieblas,
las cuerdas con anzuelos bien cebados
con restos de bocarte y de sal muera...
El viejo capitán está viviendo
recuerdos de este tiempo que se cierra,
instantes compartidos día a día,
con otros compañeros en la pesca,
por eso ya descansa en esta tarde
y trata de subir por la escalera,
la misma que le lleva hasta los cielos
en busca de las nubes y cometas,
sencillas ilusiones, con su magia,
en niños, y con hombres que las crean,
de seres con las almas muy sensibles
que buscan su destino en las mareas,
y en esto el capitán duerme tranquilo,
navega por el mar, como él quisiera,
ajeno a los dictados de los faros,
sin brumas, temporales y galernas...
\"...El viejo capitán está presente
y vive intensamente lo que sueña,
el mar, con su velero y el salitre,
la pesca, sin cesar, y las costeras...\"
Rafael Sánchez Ortega ©
03/06/18