Una luz que iluminó mi camino,
cuando caminaba y no tenía destino,
errante sin saber a dónde ir,
me daba por vencido y no deseaba seguir.
Defraudado y sin aspiraciones,
una vida llena de desilusiones,
queriendo cerrar mis ojos para no más abrirlos,
a aquellos que dejaron de existir, estaba dispuesto a seguirlos.
Es así cuando nos cansamos de vivir,
agotados, buscando nuestra vida extinguir,
tantos días sombríos que deben terminar,
días que logran su objetivo y nos llegan a aplastar.
Hasta que pude entender,
que aún lo malo se puede vencer,
y es que me ayudaste a darme cuenta,
que la luz aparece después de la tormenta.