Angélica Romero

La pantera negra

La pantera negra 

-Katapoki, ©, 2018-

 

Una pantera negra

Negra como ébano, como noche sin estrellas

Negra infinita, colosal, oscura y sigilosa

Una pantera que se desliza entre savia y raíces

Entre sombra y caverna

Y allí, donde su presa reposa tranquila sin conocer el peligro que la acecha

Una pantera negra observa concentrada

Silenciosa, con cautela

 

La pantera no conoce corral, ni barrotes, ni acero

Sus músculos se han torneado bajo un sol sin sombras

Y ella, como noche infinita no conoce el miedo

Aparece como una sombra, se escabulle como perdiz

Se oculta como grito en la selva

 

Unicornio alado

Barco sin puerto

Libertad infinita

Soledad sin miedo

 

La pantera vaga solitaria en la espesura del monte

Su pelo negro se transmuta en universo

Su aliento a carne se confunde con el aroma humano

Pero nada en ella es humano

Su cuerpo no conoce codicia, envidia, amargura

Su alma está pura.

 

¿En que momento te cruzaste tú, pantera cautelosa y esquiva, en mi estrecho camino?

¿Cuál es el mensaje que traes a mi existencia?

Pienso en ti y en tus ojos brillantes

Y en tus extremidades pesadas que pisan sutilmente sin dejar rastro

 

Provocas miedo

Temor de ser pantera, taimada

Feroz depredador, criatura de luna despiadada

Dañina, nociva, temeraria, sutil, rauda

 

Tu camino se cruza con el mío y aún no entiendo bien porque

Alboroza el alma de aliento puro

Regocija el cuerpo de ferocidad hallada

 

Senda

Dorada

Espíritus

Encontrados

 

En tu piel mi piel y en tu aliento mi miedo

Y con él mi esperanza y en el todo, tu

En el océano halladas tú y yo

Pantera negra y oscura

Criatura voraz

Bruma traicionera

Tu barco se ha hundido en mi puerto

Has dejado espina en mi alma

Aroma de sangre en mi oscuridad calmada

 

Llegada como estrella fugaz en una noche diáfana

Transparente y volátil

 

Se que no eres otra más que yo, aguardando en la sombra

Espíritu buscando encarnar en materia,

Organismo preparado para embestir

Y no ataca

 

Y la vida te espera para ser tomada

Y tu aguardas el momento propicio

Cuando llega el silencio y la presa descansa

Y así llegas tú, mi pantera anhelada

Y contigo la vida y la muerte borrada.