Una penumbra asalta la ventana abierta,
con su música rock que azota de repente,
fiesta sobre mi espalda cual viscosa serpiente,
el quebranto me espanta, abrasa y desconcierta.
Cruel fantasía teje entre pérfida gente
quiere con su parodia aparecer sufriendo,
cuanto tiempo le queda, para seguir mintiendo
con falsos ideales de su promiscua mente.
Cada noche retorna, a mi casa bebiendo,
mi corazón palpita avergonzado en diana,
y antes que el alba aflore y nazca la mañana.
empieza un día nuevo, y sigo posponiendo,
así sigo su juego a la espera y sufriendo,
como trapo de piso, ya cansino y rotoso
me arrastro cual gusano retorcido y sinuoso,
ardiendo en el averno, de la llama fingida
apaciguo mi llanto en la espalda tendida,
de un hombre veleidoso fatuo y escandaloso.
Claudio Batisti