Le tomo un segundo gritar
al universo que la Amaba,
al hacerlo, ¡Le miraba a los ojos!,
con Sus manos, ¡Tomó su rostro!
y en silencio,
temeroso esperaba una respuesta,
como quien anhela la luz del sol
al amanecer y al astro menor en su
mayor expresión al atardecer,
divagaba, ¡Sí!, Lo hizo y aún lo hace,
su sentir sigue ahí a la espera
de una respuesta, a la espera de
un movimiento de sus labios,
que
Aún no le besan
Aún no se pronuncian.