Los celos: nuestro caballo de trolla,
Son espíritu santo de parapeto,
nuestra temporal salvación del karma,
nuestra dama y el peón
y son la aguja que metemos
para sacar el hilo de los latidos del corazón;
son la vida ajena custodiada por la propia,
son un as bajo la manga en la guerra,
las corazonadas a las que obedecemos
para por siempre perder las batallas.