Una raya blanca dormitaba en el garaje de una casa
en Casigua El Cubo.
La raya era luminosa, mágica, levitaba para desperezarse.
Cuando alguien se acercaba, se ponía muy tensa y recta.
Un niño de 3 añitos y 7 meses, cuando jugaba en el garaje
escuchó una vocecita: ---Acércate- El niño trató de huir. Pero se detuvo.Le dijo, la raya. ---No te haré daño-- Él se acercó. Miró
la raya de color nácar. Y ella, le preguntó: Quién soy? --Una raya-
respondió sin titubeos.-- Seremos muy buenos amigos--prosiguió la raya. ---Aprenderás muchas cosas, porque \"el factor más importante que influye en el aprendizaje es lo que el niño sabe\"--remató. Continuó: -- Cada vez que venga al garaje, le preguntaré: quién soy. Y la respuesta siempre fue la misma:--una raya.-- Un día, cuando el calor olía a sol mojado, el niño fue al
garaje y se encontró que habían dos rayas. La vocecita, le dijo:--Ahora somos dos rayas. Estamos pegadas por un extremo y formamos una horqueta. Esa horqueta forma un ángulo. Mira los árboles y las ramas forman ángulos. Mira las esquinas de las puertas y allí se forman ángulos. Puedes hacerlos?-- le preguntaron las rayas.-- No. Yo dibujo el sol, la luna--contestó el niño. Pero las rayas insistieron durante meses con los ángulos. Luego apareció otra raya y le hablaron durante un tiempo largo
de los triángulos. El niño se mudó a una ciudad muy grande con sus padres. Un día en la mañana, el niño, quien tenía ya cinco años, veía en la televisión el programa. \"Viaje a las estrellas\". La vocecita, le preguntó: --Cómo tiene las orejas \"Mr. Spock\", uno de los protagonistas de Viaje a las Estrellas. La respuesta fue asombrosa: ---Anguladas-- respondió el niño con mucha seguridad.