ALMOHADAS VIVAS
Porque mis almohadas son compañeras,
Junto a la sábana bordada en permalina,
A ellas les escribo hoy, como si supieran,
Que jugué en esta vida danza turmalina,
Y entre mil colores mis tristezas mueran.
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En silencio, desde que conmigo no estas,
De noche al regazo les cuento mis penas,
Y de día, las oigo replicar serenas,
Diciendo ¡Basta! no esperes primaveras,
Que el ocaso esta cerca y lejos verbenas.
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¡Se bien! Ave gris, que ni en vuelos volverás,
Para obsequiar me de tus suaves caricias,
Se hizo tarde y entra castigando el otoño,
Ningún cuerpo dormirá en mi lecho jamás,
Y se, Rey de Copas, no te importa un moño.
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¡Ay! Almohadas, pacientes confidentes,
Les llega el tiempo de seguir la corriente,
Tal vez, sirvan a un lecho más ardiente,
Donde el amor no sea un tonto si lo dejas,
Vivir en parejas libres y no en pendejas.
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Sin lágrimas tibias de largo trasnocho,
Ni que mojen constantes a sus fundas frías,
Ni sangrientas llenas de los sueños mochos,
Ni viviendo envueltas en mil fantasías,
Recordando en movimiento, melodías.
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Adiós amigas mías, fieles compañía,
Y dueñas absolutas de melancolías,
Me voy, suena el clarín de la despedida,
¡Volad ilusión! Estrujada a ustedes vivía,
Junto a mis noches de soledades frías.
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¿Y cómo no escribirles cálido verso?
A quienes me guardaron su aroma,
Pues sería desagradecida a broma,
Y esta ciega soñadora nunca podría,
caer en tan pobre y fea descortesía,
con mis viejonas almohadas vivas.
Raquelinamor
Junio 8, 2018