Son tres días ya, que el sol no me visita más.
Tres días de lucha, tres días de angustia, tres días sin paz.
Esperando una voz que diga “ey, tranquilo, te vine a salvar”
Pero aquí bajo la tierra no hay ninguno que pueda llegar.
Escribo mis últimas palabras, por si las logran encontrar,
Porque yo ahora simplemente me dejaré llevar,
Bajo la luz de la luna escucho los gritos de quien me ha de acompañar,
Sea de día o sea de noche sé que será la última voz que habré de escuchar.
Lo siento mis niños no pude lograr aquello que yo más deseaba,
Sacarlos a ustedes y a su mamita, cuando de oscuridad todo se llenaba.
Fue nuestro destino ser parte de esto así yo no lo deseara,
Lo siento mis niños no fue suficiente que con fuego y arena yo me peleara.
En el transcurso de mi carrera sabía que el día algún día llegaría,
Solo esperaba que fuera en la cama y rodeado de ustedes me despediría,
Lo que era el paisaje, lo que era el hogar que para ustedes había,
Bajo la lluvia, una tarde oscura, sueños e inocencia de olvido cubría.
Gotas de agua, las lágrimas no existen más, aunque sigo sufriendo,
Ya soy consciente que todo mi ser, mi cuerpo y mi piel se lo llevó el viento,
Con cada sonido tiembla la tierra, y recuerdo cómo es seguir corriendo,
Pero tengo consuelo que ustedes no sufren aquello que yo estoy sufriendo.
Espérame un rato que en camino voy,
Como siempre andaremos felices
Para siempre andaremos felices,
Espérame un rato que en el cielo habrán
Inimaginables matices