Tal vez sea una conjunción celeste,
un rayo que hechizó el centro del corazón.
O esas intrépidas alimañas de soledad
que calan el vértice de la desesperación.
O un amago estúpido del destino
que derrite con sangre las condenas del alma.
No, nada de eso...
Ni conjunción, ni alimaña, ni amago,
tampoco el sitio donde yacen sueños,
sueños escondidos mas allá del mármol,
mas allá de la precoz visión del paraíso.
Ni milagro, ni miseria de la existencia
enterradas en el jardín. Ni tormenta
que astilla el cielo y precipita el abismo.
Es el súbito estrépito, una confusión astral,
un pasaje sin retorno a la infancia,
que funde vivencias en instantáneas,
y se significan en un todo y te definen.
Un ejército de linternas en las entrañas,
que ilumina hasta el intestino del espíritu,
más que el sol, más que mil soles.
Una jauría de fieras jadeantes
persiguiendo sedientas olor a sangre,
con placer, con dolor , respirando vida.
Un granizo de respuestas inoxidables,
que revelan el rostro al cual donar felicidad
y entregarse al cataclismo definitivo de los cuerpos.
Absolutamente tú, luego yo,
amalgama de utópicas galaxias.
Puerto definitivo del amor...
A.C.F- MARZO 2018
ARGENTINA