Vaivén de la esperanza entre las olas
persuaden el capricho del silencio,
entonan melodías ancestrales
cual arpa en el convite que arrebola
y aún en el pesar inevitable,
es cómplice de azules sortilegios.
Se siente la sinfónica llegada
que inunda lo crucial en el desvelo,
el alma se humedece en los instantes
del bello rosicler en la algazara,
que busca en el reflejo impostergable
el grato amanecer lleno de anhelos.
Y el mar se precipita con su encanto
de estrellas, de corales y amuletos,
del tórrido pregón de los azares
y el álveo vislumbrar en lo lejano
del Sol que en la alborada inexorable:
¡anuncia el despertar del universo!
Aimée Granado Oreña
Gota de Rocío Azul
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