Claudio Batisti

La mujer por quién suspiro (soneto dedicado)

 

Esmeralda, diamante o bien zafiro

ninguna de la gema más preciosa;

Turquesa, ni topacio o perla rosa,

es la entelequia vana a quién admiro.

 

Ni a la amatista, ni al zircón aspiro,

lo cual es sorprendente, ni la rosa

poseen la belleza de la moza,

tan hermosa mujer por quien suspiro.

 

Con sus virtudes plenas de confianza,

asemejase al sol en su esplendor,

y en su belleza brota la esperanza.

 

Más bella que la rosa toda en flor,

a Cristo dona Fe con su alabanza

y me brinda su estima y gran honor.

 

Claudio Batisti