Que no sepa el tiempo
de la firmeza de tu huella.
Deja que el olvido
muera por su boca,
que se llene de silencio
su memoria.
Abre tus ojos a la voz
que llega de nervadas bóvedas
resonando a tempestad y a bronces.
En el mar de tus levas
el latido de un corazón errante.
En tus labios
una breve luz exuda su canto céfiro.
Ciclamor y arlequín
para tus besos.
\"Islas errantes\" (2018)