En las penumbras de la noche
mi pensamiento vaga en tu búsqueda,
mientras todos sueñan dormidos,
mi alma despierta te sueña.
El ritmo armónico de la noche
me trae consigo el susurro de tu voz,
esa que tanto busco,
esa que anhelo escuchar.
Mi mente se puebla de imágenes no vividas,
pero parecen tan reales,
te busco, pero no te encuentro,
te deseo, pero no te siento,
y es sólo en mis sueños que por momentos te veo
y me llenas de abrazos y besos.
Cuando la oscuridad llega,
mi corazón se detiene,
te busco en el universo,
en la noche dormida.
Y cuando despierta sueño que sueño,
miro las huellas profundas de esos tus ojos negros,
navego en tu mirada
y mi alma se esconde bajo las alas de tus brazos
donde agitada halla descanso.
Estoy perdida en el firmamento
donde mis manos te buscan,
donde mi piel te respira,
donde mi voz te acaricia.
¿Dónde estás? Me pregunto,
te busco y estas allí,
allí, donde la luna no refleja su luz,
donde todo se fortalece muy dentro de mí.
Te busco y estás allí,
donde tus ojos me miran,
donde tu voz me dice al oído eso que tanto me excita,
estás allí, donde cuando te busco despierta,
soñando es que solo mi alma te encuentra.