Una fina lagrima convertida en pluma
dice cuanto te amé, dice cuan duele tu partida.
No soy poeta, pero el dolor me atiende
y desahoga mi llanto casi hasta la muerte.
Mi corazón se destroza por tu partida
ya no soy mas, ya no quiero vida.
Clamo al cielo el alivio
clamo al cielo volver a verte.