Me detengo en los caminos del recuerdo
Enjugo mis lágrimas por los que partieron
Y tiendo mi brazo con acento lisonjero
Por si existe algún pretendido encuentro
Son tantos y tan gratos los recuerdos
Algunos de triunfos, otros de tropiezos
Aunque de todos ellos sigo aprendiendo
Recibiéndolos en mansos conocimientos
Para escribir, la vida nos da el cuaderno
Donde escribimos en trazos imperfectos
A veces con borrones y volvemos a hacerlos
Depende de ti, si borroneas en versos
O tal vez en prosas de trazos muy gruesos
De cualquiera forma son los pliegues nuevos
Que van marcando, en la vida su sendero
Tengamos vigente que no hay pasado nuevo
Tan solo existe el presente que se hace eterno
Y un futuro que labramos, pero siempre incierto
Vive como único cada instante, cada momento
No importa si hay sol, agua verano o invierno
Lo trascendental eres tú y tu propio consuelo
La tempestad igualmente apalea su momento
Y después la tranquilidad, te ofrece el sosiego
Debes empeñarte en domeñar al tiempo
Y hacerlo tu aliado como útil sustento