En estos momentos, mientras tú lees estos versos,
dominas mi cuerpo, mi mente; todo mi universo,
inflama la llama del amor por ti en toda mi alma,
tostando sin calma, el ser de este pobre hombre que te ama
Hoy siento que abundas como el mar abunda la tierra,
como las estrellas abundan en mis noches tiernas
e incalmables, a causa de tu rostro que destella
luces que me llenan de una tranquilidad eterna
Inagotable es y será mi amor por ti mujer,
alzas mis suspiros más allá de este firmamento
sucumbiendo mi corazón por ti a cada momento,
olvidando así los dolores que abundan mi ser
Trato cada noche de formar tu rostro de estrellas,
orillando tu tez blanca de cielo primavera,
trastocando las constelaciones por tu belleza
altiva, que emanas desde tu risa de princesa
No puedo quitar mi mirada mientras vas leyendo
todo este poema, ya que ahora tú irás sintiendo
algo que ocultaba, ¡pero no más! Hoy me declaro
rendido ante ti, estoy completamente enamorado
Ahora por fin sabes el porqué de mi actitud
inusual, y sabes también por qué miro tus ojos
como nunca nadie los verá; ahora dime tú:
¿Oyes la voz de mi amor? Mira cómo me sonrojo…