Se despiertan las voces,
dormidas en el tiempo.
Una nota destaca,
como un grito perfecto.
En la negra espesura,
de los actos violentos.
Un locuaz griterío,
ensordece de miedo.
Y se van poseyendo,
palabras y proyectos.
La pestilente niebla,
las voces ha cubierto.
Las gargantas se agostan,
como jardines yertos.
Han quedado las luces,
como hogueras sin fuego.
En las sombras se fraguan,
los pérfidos secretos.
La locura del hambre,
ocupa los cerebros.
Cuando bailan los hombres,
sobre los esqueletos.
Una violenta escarcha,
va helando los senderos.
Mientras juegan los niños,
a la tormenta ajenos.
Como inunda la sangre,
las sienes del recuerdo.
Como frenan las ganas,
las trampas del desprecio.
Como abaten las alas,
las aves en el cieno.
Como la vida danza,
al despertar del sueño.
En la errática mente.
Que a bandazos navega.
Luchan miles de fuerzas,
para salir de dentro.
El embrujo es la idea,
enamorando al viento.
Para romper las vallas,
del cerril pensamiento.
En alas de los sueños.
Atravesando lunas.
Nace el niño sonriendo.
Para saltar los ritos,
y derretir el hielo.
Para soñar despierto.
A. L.
http://alupego.blogspot.es/2