Ya cae en el ocaso
la inmensa esfera insoslayable,
el Rá de los egipcios,
hermana de Thor y los Relámpagos.
Lenta,
eternamente,
se hunde en el horizonte,
derramando lágrimas
sangre y naderías
de lo que aconteció
en una extraña rotación planetaria
signada por leyes y designios cósmicos
de los que estudiamos
y sabemos
y de los que no entendemos
su razón.
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Sentada ante mi ventana,
al ver desaparecer
los destellos
de un día
que ya es nunca,
me pregunto que
incomprensible
conjunción de Dios, Destino y Vida,
Hizo,
que yo esté aquí.
planteando mi pregunta,
escribiendo estas líneas
mirando un horizonte descarnado...