Cuando pienso en ti alma mía
miro al mar y siento celo,
como un niño quedo lelo
porque pintas cada día
mil estrellas para el cielo.
Cada vez que yo te miro
siento un frío helar mi boca,
pero de eso que hoy me toca
lleva el viento algún suspiro
y hoy me besas como loca.
Luego gira el triste ocaso
dando vueltas sobre el muro,
y una flor de blanco puro
viene a darme un fiel abrazo
sobre un denso claro oscuro.
No te fijas desde luego
como brillan dos pupilas,
ni mis rosas ni tus lilas
dan su olor a un pobre ciego
que entre sombras tú vigilas.
He soñado tantas veces
ver la luz que da el cocuyo,
y he besado el cuerpo suyo
cada vez que amor me ofreces
para ser por siempre tuyo.
Franklin Joel Blanco Aparicio
Villa de Todos los Santos de Calabozo
Venezuela