Verano Brisas

KANT

Su angustiosa manía de puntualidad

lo llenaba de tal forma

que muchos ciudadanos de Königsberg

ajustaban sus relojes

al paso del ilustre personaje.

 

Tras un largo proceso

apoyado por enormes intervalos,

publicó finalmente su gran obra:

Crítica de la Razón Pura.

 

Empedernido hipocondríaco,

jugador de billar, insumiso, cascarrabias

como suelen parecer los solterones,

no admitía discusiones metafísicas

cuando estaba degustando su menú.

 

Nombrado rector de la universidad

obtuvo el beneplácito oficial

y una estela ditirámbica de honores.

 

Ya en desgracia

por ataques que hizo a la fe ciega

y a la piedad ostentosa,

remató la vejez que lo acosaba,

el doce de febrero de 1804.