Esteban Mario Couceyro

El psicólogo

Hoy desperté confuso

comencé ignorando el espejo

pues nada vi reflejado

entonces

no afeité mi barba

ya crecida de algunos días.

 

El desayuno

no recuerdo qué tomé

habré tomado las pastillas

una roja

y una blanca

redonda, amarga

las mastico, temo no poder…

tomé un café

bien fuerte, es tan vital.

 

El perro

mira cada uno de mis bocados

atento

casi no se mueve

comienza el babeo

su mandíbula tiembla levemente

me gana

le doy mi pan.

 

Se hace tarde

tomo mis cosas y salgo

hoy tengo pacientes

que esperan

que las oriente

………….

si supieran cuanto me aburren

con sus historias.

 

Está nublado

y el frio…

si ya sé, es invierno

cuando llegue

Anita, me dirá --buen día

le sirvo un café--

y yo le diré

--si bien fuerte

es tan vital--…

 

Al traerlo

dirá

--se va a dejar la barba

le queda bien

parece Freud--…

 

--¿Quién?

ha si, ya sé

si

¿le parece?--…

 

--Anita, haga pasar la primera--

me sentaré

el sillón es cómodo

no lo había notado.

 

--Buen día

¿usted es?--

……….

--Ha, si por supuesto

bueno cuénteme--

--¿le gusta escuchar la música?

…………..

¿De quién es?

no tengo idea, pero es linda--.

 

Ella habla

mientras la ventana

lleva la atención

la luz lechosa

y esa caprichosa

visión de la realidad

……….

de las realidades

cada una en su dimensión

como si fuesen lógicas

contrapuestas

y que él debiese optar

su tránsito

aunque jamás se decidirá

mientras la paciente

continúa

con su propia realidad

esa que quiere cambiar y nunca podrá.