Siendo aún etéreo
entre la divergencia tropical
y contemplando aquellas letras
que en espacio dicen voladoras
renace en mi desvencijada piel
el cálido beso de tu alma
postrer felicidad
que entre noches y días es sustento.
Siendo aún mortal
a sabiendas que ya recalco poco
y escuchando apreciados ecos
que flotan en las brisas primaveras
alude en mis quebradizos huesos
la tierna frase de tus labios
música celeste
que en horas nórdicas es embeleso.
Siendo aún trivial
entre el velo y la luz del atardecer
notando el vaivén del navío
que hace ritmo con las olas del mar
evoco en mi desencajada mirada
tus rizos sobre el desnudo cuerpo
Amor perfecto
que en agonía me vuelve tierno.
Siendo ya moribundo
entendiendo mi último suspiro
siento el paso de la nada
victoriosa en la médula del cuerpo
es alegría en la ansiosa muerte
Mujer mía
que en el alma y en eternidad te llevo.