Eterna compañía,
detrás de mí con tu velo negro
y tu esfera de cristal.
Siempre sigues mis pasos;
como un amante apasionado
esperas el momento en que caiga en tus brazos.
Eterna compañía,
tu velo negro me ahoga
y tu esfera de cristal me encandila.
¡Aléjate que aún no es tiempo!
¿O tal vez sí?
¿Debería ir contigo hoy, Eterna compañía?