Ron Alphonso

Mi mundo de cabeza

Mi mundo de cabeza

 

Me encerré en mi cueva como suelo hacerlo,

cuando la fuerza me falla, a lamer mis heridas,

para bebiendo mi propia sangre fortalecerme

y volver al campo de batalla en que amargamente,

se convierte nuestra vida con los años,

pensaba en qué he hecho, que hice para merecer la tristeza,

yo que siempre me preocupé porque la gente sonriera,

hoy solo puedo emitir sollozos…

sé que no alcanzaré la felicidad, es más, no creo que exista,

solo hay momentos de alegría, tan efímeros como los pesares,

pero estos se sufren y por ello parecen eternos.

 

Cuando me encierro, no hay nada ni nadie que logré sacarme de allí.

Bueno… no había… perplejo ante mis reflexiones,

angustiado y temeroso, preñado de angustias y sinsabores,

con la mirada en lontananza,

con los ojos entrecerrados, no para ver mejor, sino para no ver más,

sentí un ruido extraño y veo aparecer ante mis aterrados ojos,

allí en mi deprimente oscuridad, tu imagen loca,

contrariando mi deseo de soledad, aun a costa de mi enojo

y no pude más que reír llorando

y levantarme, para aun renqueando, salir al mundo,

que nos apuñala con sus soberbias y egoísmos.

 

No sé qué decir, no sé como agradecer,

no sé ni siquiera por qué lo haces,

siempre cuando camino en mi cuerda floja

haciendo equilíbrios y malabares con mi vida,

apareces tú, como la Colombina de la comedia Italiana,

al rescate del Pierrot, de la pantomima Francesa,

un soñador triste, enamorado de la luna,

y logras hacerme feliz con tus morisquetas.

Estoy seguro que no podré volver a encerrarme,

porque siempre te darás mañas para llegar a mí,

y me encantará que vengas, a regalarme un día más de vida.

 

Ron Alphonso

10 de junio de 2018