Pedazos ríspidos en tu alma,
Sombra del Ser,
te sientes despedazada,
empañada
de una sórdida oscuridad,
ahogada tu esencia
de respiración entrecortada.
Sé que sientes que caes ya
irremediablemente
en el abismo de la Nada.
(Vapor de tu furia marchita y
disuelta en la parca resignación).
Pero aquí estoy,
soy tu Otro,
tu otra negra Sombra proyectada,
(dualismo del Ser aprendido
en las aulas del Desierto).
Soy el que fue,
el que es,
el que será.
El que traerá la Piedra del Aliento
entre el polvo disperso
y la apretada roca de tu espíritu...
No rompas ya, en pedazos secos tu alma
enterrada , casi sepultada...
Tras la ventana de tu ático,
la Tierra rebuzna
heridas que no cierran.
Sombra desgarrada:
Llegará el amanecer
con el Sol fulgurante
de rayos cálidos y piadosos,
que
salvará y reavivará las grises
cenizas,
que moran en tu espíritu,
y galopan cual jinete de épicas llanuras.
Saldrán a la Luz,
tus palabras no dichas,
hechas nudos viejos en tu garganta...
Buscaré por ti una señal
de Deber Divino,
y encontraré un rayo de luz
cálido y exóticamente espejado,
que alumbrará y disloverá esta noche aciaga.
Daré batalla a tus mudos fantasmas
y desaparecerá la suciedad triste y agónica
que sientes que te aplasta...
Buscaré tu símbolo y tu cifra del Zodíaco,
el Viento de tus suspiros...
Tu Polvo, Tiempo, Sueños y Agonías.
Ya llega el amanecer, Sombra del Ser.
Ya llega el alba
hasta hace momentos sentida
como un sueño entretejido
como pegajosa telaraña.
Las luces cósmicas, poco a poco,
se encienden como aquel
pabilo añejo,
encendido y apagado cientos de veces,
en tus horas somnolientas.
que han transcurrido tan lentas.
Seré tu Pastor de los Condenados,
en este ilusorio Orbe,
que ahoga, amargo, y cala los huesos.
Mientras,
ya llega el alivio silencioso y el fervor
de la esfera magna.
Sombra del Ser:
Brillará por fin, tu estrella muerta,
bajo cada dicha y pena,
y en cada antiguo dolor,
de tus antiguos versos desmayados.