Kleber Exkart

Flor de Manglar

Te recuerdo desnuda, desolada

con heridas en todo el cuerpo.

Tus cabellos raídos y desgreñados

desafiaban la gravidez de tu dolor.

 

Tu vientre convulso se agitaba

con las aguas negras

que iban por largos conductos

mal olientes llevando espurios

escupitajos de los hombres y mujeres

que libertinamente desafiaban  

tu piel ennegrecida por el sol y

dejaban morir los cerezos en

tus viejas canteras de cenáculos

y odres que se fraguaban

con piedra azul y arcilla.

 

Oh ciudad ría. Oh Guayaquil

tus arquitectos te diseñaron

sin entrañas, sin madrigueras

y tus hijos tuvieron que ir

ahuecándote, liberando tus

entierros, rellenando esteros

y arrancando el manglar

para poblar el gentío.

 

Las hordas de mosquitos y plagas

desafiaban al mas valiente

y tus calores de juventud

encendían la voluptuosidad

de tus cholas enamoradas

del señorito de ciudad y del

engominado de levita y dril blanco.

 

Las cantinas donde se bebía

el aguardiente de la brava caña

copiosamente buscaba el gañote

de los valientes Huancavilqueños.

 

Allí entre melodías añejas de

viejos vinilos de 45 y tocadiscos Víctor

tus hombres maceraban sus amores

de livianas criollas,

tiernas andaluzas y francesas

que llegaban a quedarse a

plantar rosales en el oloroso

lodo del mangle porteño.