Tú
el único hombre que
aparece como
la materna luna
y
la buena luz
tú
que entras a mi cuerpo
con total y profunda calidez
Tú que en mis sueños
pides cercanía
provocador
de las más tiernas, suaves y lentas
caricias
invitas al jardín secreto
Tú
que con tu estampa de niño
para siempre
quiebras todos los tiempos y razones
desterrando el impulso ciego
y la pasión sin sentido