He mirado tras esos vidrios empañados
aquella vista ajena tan a la mía.
Una vez niña en búsqueda de su príncipe
hoy mujer en busca de su metamorfosis.
Poco a poco han caído las lágrimas a la acera.
Atrás quedaron los nombres de los que experiencia dieron,
atrás quedaron aquellos que sin visión te besaban
atrás y solo atrás como recuerdo ha de quedar.
Viajando en un camino que destino desconocido se presenta,
cuya finalidad incierta no motiva el avance
pero de un deleite endiosado que motiva el recorrido.
El cielo es aún azul y mi princesa es azul marino.
Mi pañuelo es rojo labial
y mis tacos son de cristal.
Hoy el rescate es a lo interno, sin actores secundarios.
No hay libreto que contemplar deba
y no hay lienzo que pintar tenga.
Boceto tras boceto como óleo al viento seca
tan frágil, tan suave, tan fuerte para la guerra.