Me cuelgo en los hilos
de los contornos de tu sonrisa
y nivelo mi sed no saciada,
precariamente,
antes que la lava de la tentación
a cenizas mi cordura queme,
paulatinamente
Al acariciar mis labios los tuyos
siento la fiebre creciente,
los gérmenes contagiosos
de encanto agobían
la resistencia contra la seducción,
ya que un corazón en éxtasis
no proporciona ninguna defensa
en una batalla perdida,
contra el amor
.
Pero para decir la verdad,
de un antídoto yo me abstengo
David Thorpe ©® 2018
La foto de la red