POR PRIMERA VEZ...
No tenemos conciencia. Es la adolescencia, corren tiempos en que los astros se prenden en nuestro pecho. Somos hoja en blanco, poemario vacío, no sabemos siquiera que escribir... De repente, sin esperarlo, conocemos a ella.
¿Sera por sus pecas o tal vez sus trenzas tan atractivas, que nos alejamos de los amigos de la esquina? No lo sabemos... Ella con su gracia se impone, vemos por sus ojos caramelo, bailamos al ritmo de su uniforme colegial y hasta la bici parece seguirla. Es sin embargo, para nosotros, inexpugnable, una muralla, una montaña a escalar, sentimos ser David ante un Goliat esta vez femenino y no tenemos mas que inocencia para enfrentarla. Es nuestra primera vez, pero la amamos, con una desconocida fuerza, como todo lo que no conocemos y nos hace falta en esta mocedad. Al punto de renunciar, de ser perdedores, decidimos en cambio, ser leones, no sabemos que hacer con los sentimientos pero en nosotros confiamos , nos queremos y un espíritu impoluto nos impulsa, decididos, salimos a ganarnos nuestra primer gran alegría. Un ¿Como te llamas? Fue preámbulo de un rock sensualmente desconocido, caricias que emocionan, manos entrelazadas erizando la piel y como néctar sagrado, el beso, una explosión de pasiones jóvenes, desconocidas y embriagadoras.
Ocurrió el milagro, jóvenes bautizados en el amor, Eros no puede ser mas feliz, un haz de luz nos ilumina, somos eternos. No hay desgarros, ni cicatrices, ni dolor. Tiempo en que la única estrategia es ir ofreciendo el corazón, somos amanecer en el lenguaje de la tierra, somos el sol.
El recuerdo placentero del primer amor, para los que a pesar de los años y los desengaños, todavía nos concedemos que el querer se permita amar...
A.C.F – JUNIO DE 2018
ARGENTINA