¿Quién no ha sentido? aquella sensación de querer adentrarse en el cuerpo del ser amado, aquella sensación del aroma de su sexo, una mezcla de lo dulce y caliente, cual si su piel se derritiera a temperatura ambiente, aquella sensación de querer parar el tiempo y que todo quede en lo perfecto, ¿quién no ha sentido? Aquel ímpetu de servirse esos labios tentadores y pecadores, que incitan al mas íntimo de los actos y estimulan hasta los tuétanos, ¿quién no ha sentido? Aquella fragancia inconfundible de la cabellera suave que con sutileza desliza por nuestros dedos y pide a gritos un tirón, oh por Dios, ¿quién no ha sentido?