Quisiera poseer la habilidad de un poeta
para poder dedicarte el más hermoso verso,
no la tengo, sufro por no darte el universo
y no poder alabar tu mirada coqueta.
Lo inmensamente feliz que soy con tu amistad,
la seguridad de saber que estás junto a mí,
me cambia la vida, y me da felicidad
saber que confías en mí y yo confío en ti.
Nuestra amistad se consolida con tantos años
pues tu buen corazón permite que sea eterna,
ya que en ella no hay injusticias ni desengaños.
Tienes una mirada firme pero muy tierna;
pensativa, tal como la de los ermitaños,
felicidades por siempre, siempre amiga Berna.