Vivir
como ofrenda o sacrificio,
sin entender la razón
de este sufrir.
Ir soñando
ingenuamente
que algo bueno
ha de venir.
Mas todo está abandonado.
Los rincones de antaño;
el jardín
y las ilusiones
que se esfumaron.
¡Todo se quedó sin mí!
Ingrid Zetterberg
De mi poemario \"Ciento cincuenta poemas del alma\"
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