¡Déjame entrar abriendo tu muralla,
quiero subir la cumbre de tu cima,
que mi cuerpo a tu cuerpo se aproxima
a entablar tan frenética batalla!
¡Aférrate animosa y mi ansia acalla!
Pues tu deseo al mío le sublima,
y adentrado en el fondo de tu sima
como un volcán mi cuerpo dentro estalla.
*Ya sintiendo pasión tan amorosa
mi voz grita tu nombre y no se calla,
que amarrado a mujer maravillosa
me siento el hombre más feliz que se haya.
Pues a tu lado, mi alma, es tan dichosa:
que de tu amor se nombra tu vasalla.