Ya han fenecido los tiempos de espera, ya las estrellas han derramado intensa luz
ya estoy amaneciendo de mi letargo, en tanto tu tibieza pristina alumbra este lugar.
Han soltado amarras la desesperanza, el temor y lo inseguro, buscando otros mares
generando espacios para tu arribo.
Voy a ti, he desechado viejas prácticas, solo está mi humanidad, mi ser traslúcido
no conozco tu historia, me basta tu presencia y tu mirada implicada,
mi soledad amada trastabilla al ritmo de tu voz austera .
Anhelo sentirte cerca, respirar de tu aire circulado
impregnarme de tu aroma de mujer plena.
Voy a ti, con mis pasos debiles, estoicos y anhelantes
con mis manos hastiadas de vacio
con mi alma sobreviviente de batallas.
Quisiera encontrarte intensa en esta incursión impropia.