Una idea con un tiempo cierto,
un camino que se va desenvolviendo
al compás de un cendal con espacios a medios,
en busca de la musa que habita en sus sueños.
Un pergamino con versos
que van rindiendo tributo
a un tiempo ya vivido..,
¿puede ser? !nunca lo vivió!
¡Será! ¿que los pasos del espíritu
se adelantan al corazón?
Él sigue encauzando aquellos versos;
versos con visos invernales
con tesón primaveral,
frialdades confundidas, con
la vendimia del veranillo otoñal.
El señor camino siempre
anticipándose a los sucesos.
Hay un decreto reclamando
tiempo. Reclamos a la claridad,
que se oculta detrás del lienzo,
que viste la musa que aguarda sueños.
¡Una musa en su mente!
Él cubierto de esperanza, va
marchando a ese encuentro,
hacia el espectro de la musa que
permanece en sus sueños.
Él la vislumbre a lo lejos,
aún no se da cuenta, que
ella viste con telas rematadas
con fibras del tormento.
El garrote del silencio como
único ayudante, el camino
siempre largo y ella (su musa)
…confeccionándose otro escape.
Él es tenaz y sabio, a pesar
que tiene dudas; no sabe
si la ha visto en algún lado
y no ha reconocido su postura.
Paso a paso, fijando la mirada
en aquel vestido que va
desenvolviéndose ante su paso,
revelándole una senda que coincide
con la musa que aparece en sus sueños.
LeydisProse
6/12/2018
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