Janette Romero

No sabe

Palabras oriundas del desacierto,

Voces impunes y falaces,

Miradas morbosas y tendenciosas,

Contactos efímeros y burlescos,

Lamentos sin conciencia y rodeados de desiertos,

El paisaje de pestañas que se mojan,

Salvaje tigre que rasga la quietud,

Mar embravecido que brotan de tus lunas,

Pisadas las esperanzas por un tornado de ausencias,

Labrados los momentos como acero líquido,

De las fauces de Belcebú brotan las carcajadas de tu adiós,

Arrancada la sonrisa de esta oruga que no quiero evolucionar,

Quisieras sublimar este inmenso abismo,

No puede, no quiere, no sabe,

Grita pero no cesa la tortura del inquisidor,

Desiertos punzocortantes y noches largas... frías,

Quietas y soñolientas las animas en el cerebro,

Acaso no es mejor apagar la llama y vagar en la obscuridad.

No, nadie siente al perecido…

No, nadie hable ya de sus avernos,

No, nadie pronuncie sus epígrafes,

No, nadie me acompañe…

No, ya no eres nada,

No, ya no te sientes,

No, no calles…

No, no…

Vuela.