Lloraba, aun sobre llantos,
el niño… entre sus cosas tiradas
en un rincón, y quietas.
¿Quién hizo llorar al niño?
¿O puede ver a lo lejos su futuro
y se siente en soledad abandonado?
¡No llores, niño, que no será tan malo!
Otro Niño cuida tu horizonte de ignominias
y a pesar de los falsos profetas verás la Luz.
Seca esas lágrimas y ¡ve a jugar!
De mi libro “Del sentir que reverbera”. 2018 ISBN 978-987-763-458-7