¿Sólo sexo, un gustito o un querer que nace? ¿Qué será el tiempo lo dirá?
Los músculos se tensan,
un deseo los consume,
se acerca el momento
se ponen duros tus senos
y de tu sexo caen gotas de deseo...
Bocas que se buscan
labios que no paran
voces que susurran
entre sábanas blancas.
Cuerpos que transpiran
bocas que muerden
caricias y rasguños...
carmín rojo con sabor a miel.
Así es nuestro sexo
salvaje, fuerte y poseso...
¡Y se ponen duros tus senos!
¡Y se erecta mi falo!...
y el empieza nuestro juego
tú me montas, yo te penetro.
Te contorneas mi amazona.
¡Galopa fuerte mi bribona
y montate sobre mi cuerpo que arde como fuego!
Y con cada cabalgata,
con cada brinco mi jinete guapa
tu piel sacudes y tu cuerpo se menea,
tu boca profunda resopla
y besas a mi serpiente
que alargada e impetuosa,
reclama tu cavidad ardiente.
Y cierras esos tus ojos verdes
y fruñes fuerte el ceño,
te arqueas y te pierdes
entre tus deseos y mi sexo...
Brilla tu blanca piel
que sonrojada por ese guerrero beso,
espera ser
traspasada otra vez
por mí fuerte y dura espada.
Muerdo y rechiñan mis dientes,
te miro, te veo y me recreo,
con la imagen voluptuosa
de tus senos que botan,
al ritmo armónico
de aquel movimiento
de tus caderas,
con que me devoras
mi hambrienta...
mi impetuosa loba.
Gimes pero solo se escucha el silencio,
la habitación se llena
de sudores y olores,
pujas y se estremece tu sexo.
Mientras tu mano reacomoda
tu rubio y voluminoso cabello.
Así ya presta,
continuas con la brega,
no rehuyes el combate
resistes cualquier embiste,
estés fresca o cansada
en el amor te das
sin reserva ni medida.
Se oye tu voz,
esa voz que me emanora
pedir glomorosa
\'que tu miembro me traspase\'.
Quieres que conquiste
tu mágico y sagrado centro
es ahora el momento
te sabes ya mi diosa.
Pero Yo quiero parar,
tomar aire y respirar...
y no dejas,
esa mágica postura
sentada entre mis piernas
es para ti perfecta.
En esta pose,
mi fruto se extiende totalmente,
alargando el placer y la dulzura
con la que te penetra
mientras empuja,
empuja, empuja...
y así logro apagar
el fuego que te debora,
que te consume
que te quema...
que te da placer.
Y complacida mi diosa
acaricio tus entrañas
las que aún queman
allá justo en tu bajo vientre.
Mientras te saboreo con dulzura
y enjugo mi boca
en la sabia de tu sexo
justo en el momento en que
brota,
y me recreo en tu hermoso jardín,
ese que con placer
a tu flor lampiña...
tanto me gusta morder.
Te vuelves a sentar
quieres a mi fiera dominar,
y empieza otra vez la batalla
donde tú mi fiera leona
entre caricias me deboras.
¡Y me sobreviene un géiser
de dulzura y placer:
- no, aún no, pienso,
quiero esperar más...!
pero la naturaleza manda,
y extalló dentro de ti.
Así que,
mojada,
con mi agua de vida,
blanca, pegajosa y por ti muy querida,
caíste al fin sobre mí rendida
pero satisfecha por la lujuria vivida.
¡Que no se diga
que te faltó en la cama furia!,
pues tu sexo
aún cansado y dolorido
siguió latiendo,
siguió quemando por dentro,
siguió envuelto en contracciones,
que te dejaron emociones
impregnadas en tu piel,
como surcos eternos
de momentos de dicha y placer.
¿Qué no es amor?
¡Qué más da!
Disfrutemos del momento,
comámonos por dentro...
luego el tiempo dirá
sí hemos tenido solo sexo,
sí nos hemos dado un gustito,
o sí de verdad...
empezamos a querernos.
Cazador que fue cazado,
paloma que soño con ser gavilán...
ese soy yo.
Un simple charlatán en tema de amores,
que hoy come y bebe
de tu mano y de tu sexo.
Un fiel arriero,
un amante esclavo,
un pobre trovador errante
que te sueña y te posee,
que de se alimenta y bebe
pero solo cuando está...
con Morfeo a mi lado.
Un beso y una flor
Alfredo Daniel Lopez
13 - 06 - 2018