¿Por qué te arrinconas en la tristeza
buscando los oscuros escondrijos de la intimidad?
¿Por qué no vuelas a la luz
y te empapas las alas con el fino rocío
de la rítmica alegría?
¿Por qué ese empeño tuyo de reunirte siempre
con mi gastada melancolía?
¡Vamos, compañera de sueños!
Acompaña mi paso al nuevo día.
¡Olvida para siempre los negros paréntesis
de muerte y agonía
y entrégate veloz al viento nuevo!
©René Dayre Abella