El Tiempo te condena
en mudas raíces de un Destino,
que no conoces.
Tiempo terriblemente deleznable.
Ahoga la infancia, la juventud,
tus días felices y
fantasmales...
Cometas , somos, revoloteando
solitarios,
en el firmamento azul,
donde el aullido del ave
está a salvo, cuando
la hierba se vuelve misteriosamente
carbón azabache.
Mientras,
la luz del sol,
que radiante,
me hipnotiza, hace que
ya no recuerde
lo terrestre..
Somos seres éfimeros.
olvidemos,
las lejanías.
El giro ritual de una danza,
nos unirá eternamente,
en
polvo, cenizas y más polvo...