Admirable aquel ser que despierta sentimientos profundos en otro, pese a que sea el más vil de los sentires.
Aquel que despierta los sentimientos más vastos, cuyos caen en la perversión de no ser porque inundan el alma y escoltan la existencia…
He de suponer de muchos como de mí, estar destinados a dicha vehemencia que no aleja la turbación de lo fue.