Diosa Clandestina, Mujer de Antorchas, muero en cada instante, no perdono a la muerte enamorada de repente esta soledad tan asoleada baja la guardia ¿ Sabe usted que mira...? es que ahora usted me llega y mis letras aún no han nacido, porque quiero echar a volar el pensamiento de cada día, para salir de esta cárcel que se llama amor; y solo ser poeta.
Solo quiero ser un hombre que avanza hacia donde la luz abandona todos los espejismos, para espantar todos tus recuerdos de la memoria, solo se puede ser un hombre cuando desde la regia soledad del ánfora sagrada, puede degustar desde la madeja de los arpegios, la esencia exquisita del diminuto pie de hembra que aplasto la uva.
Cada hombre tiene sus palabras, hechas por el en aquellos momentos en que la vida le ha puesto a decidir entre el sonido y la idea, entre el amor y la tristeza entra la lucha del corazón y la mente, es fácil escuchar los mandatos y entregar la honestidad en la obediencia, pero cuando la voz que nos ordena llega desde aquel latido, que en el pecho nos pide, una vez mas dar paso al amor, es cuando se tensan todas las opciones y los pasos se niegan como tantas veces.