Sergio Jacobo "el poeta irreverente"

ÉXODO-II

 

Deja que mi piel gangrene

el recuerdo encanecido,

que todo mal ya vencido

no se vence ni se aviene;

al contrario se sostiene

o por lo menos se calla

no grita, ni se avasalla.

Por eso nunca se humilla

ni en tierra ya la rodilla

verán que humilde desmaya.