Con tus brazos
tan heridos Araucaria
déjame de tu llanto las cenizas
fíngeme en el silencio de tus constelaciones
la zozobra de una noche mas
sin pedir el rescate de la muerte.
Con tu cuerpo tan divino
incrusta tus llamas
y haz de tus raíces
pura tierra que renace la mañana
bajo el llanto o la tenue mirada
de un desconocido.