[Querida melancolía, dile a esa mujer que fui acusado de cometer unos de los peores delitos. De haberla amado con tanta perfección que hasta ella se fue. Melancolía dile que me perdí en sus labios que provocaban tanta lujuria que hechizó mi alma. Melancolía mía platícale sobre mi sufrimiento de que conminó mi vida sin haberse dado cuenta, que con sus palabras me asfixió con tanta astucia. Cada despertar pienso en ella y los recuerdos me consumen, tanto que me olvido donde estoy, Melancolía por último recuérdale que estaré en el horco para que transcurra esta nostalgia confusa.]