Aquella delicadeza expresa,
de sus cabellos marrones obscuros,
son aquellos cabellos de mi musa,
que provocan mis deseos más puros.
Causantes de mis más puras pasiones,
portadores de bellos y finos,
aromas de flores campestres,
¿qué más necesito para amarnos?
Si con tus cabellos me enloqueces,
me enloquece el viento por ellos,
salpican mi rostro de tu fragancia,
son culpables tus finos cabellos.
Igual que un café por la mañana,
tus cabellos me quitan el sueño.
Todas las noches suelo sentirlos,
¿de quién son esos cabellos sin dueño?.
©Antonio Quesada Espinoza. Todos los derechos resevados.